Al tomar esta decisión crucial:

• Usted reconoce que ha vivido separado de Dios y desea cambiar.
• Usted se arrepiente, volviéndose a Dios y lejos de su antigua manera de vivir.
• Usted recibe a Jesucristo como su Salvador y Señor.

La Biblia describe esta transformación de esta manera: de la oscuridad, a la luz; de la esclavitud, a la libertad; de la muerte, a la vida.

¡Vaya! Una vez usted decide seguir a Jesús, usted pensaría que los cielos nublados se aclararían, que los rayos del sol sobre abundarían y que no tendría más problemas. Pero esa no fue mi experiencia. Yo no me sentí muy diferente el primer día. Sin embargo, pronto descubrí una nueva paz, seguridad y gozo interior, a medida que permitía a Cristo guiar mis pensamientos y decisiones.

Supongamos que usted compra un auto y se encuentra con la sorpresa de que le falta la batería. Bueno, usted podría simplemente admirar su preciada posesión e incluso subirse al auto e imaginar que lo conduce. Pero sin la batería, su bello auto nuevo no se moverá. Nuestras vidas son así cuando no tenemos a Jesús en ella. Pero con Él como nuestra “fuente de energía” podemos ser la persona que Él diseñó que nosotros seamos.

Ya sea que usted apenas acaba de recibir a Cristo en su vida o lleva ya buen tiempo en los caminos de Dios, no se desanime si no nota cambios inmediatos. ¡El crecimiento espiritual requiere cambios! Con Cristo en su vida, los cambios se darán. Usted es una nueva persona. Usted ha comenzado una nueva jornada.

Día 2: El Comienzo Del Camino